Pues resulta que un estudioso de los animales --en mis tiempos habría sido llamado científico, ahora se les llama "naturalista"--, llevó el dicho a otro nivel:
Se llama Shaun Ellis, es británico y optó por intentar lo para muchos sería impensable... vivir entre lobos por un año, sin armas ni herramientas y sobreviviendo al frío. Formó parte de la manada, aprendió su lenguaje corporal, aullidos y comiendo lo que ellos pero complementado por nueces y frutos de bosque porque no obtenía suficiente energía de la carnita que cazaban como familia. Y dice algo importante de lo que animaleros o no deberíamos aprender:
La clave de la convivencia exitosa está en infiltrarse en su jerarquía grupal, no en quererlos dominar.
Ha vuelto entre los humanos, trayendo haaaaarta info de las interrelaciones sociales de los lobos y en mi opinión enamorado de ellos.... pero ya el tiempo dirá si querrá volver con su "familia" cánida o no. La nota la pueden consultar por aquí (en inglés).
Sin duda lo envidio... pero no por mucho. JAJAJA! Yo no me iría con lobos y al bosque, pero si le pido a Dios que siempre forme parte de una familia canina como lo he hecho desde los 10 años, ojalá tenga hasta la oportunidad de tener un par de neninos a la vez, gozar del cariño de un par de ángeles y sino al menos de uno, eso sí!!!
Un última foto de un lobito estapario en pleno bostezo para permitirnos ver su dentadura... digo, porque parece empresa fácil, pero tener esos colmillitos a centímetros de distancia no debe ser tan relajado JAJAJ! Ora que para como percibo de pillos a los humanos últimamente, por momentos las mordidas de lobos me parecen menos dañinas que las de muchos congéneres jiji!
No hay comentarios:
Publicar un comentario